Sereno y amable, a sus 58 años, Marcelo Bustamante habla de su valiosa experiencia con el cáncer, enfermedad que en Chile es la segunda causa de muerte después de los accidentes cardiovasculares.De profesión bioquímico, hoy se desempeña como docente adjunto de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) y es profesor titular de la Universidad de Ulm de Alemania, trayectoria académica que respalda con un magíster en Bioquímica, un doctorado en Biología Humana y un postdoctorado en Genética Molecular. Dentro de sus reconocimientos está el otorgado por el Centro Biográfico Internacional de Cambridge de Inglaterra que lo incluyó dentro de los 100 científicos más importantes del 2011 y el 2016 recibió el Premio Municipal de Ciencias de Talcahuano. Sólo un año antes de recibir este último reconocimiento, el Dr. Bustamante era diagnosticado con cáncer al hígado en Etapa 4. No le quedó más que confiar en su capacidad de investigador científico, y en su búsqueda por la cura, dio con ciertas sustancias, entre ellas la zeolita, que, administrada en dosis adecuadas, según explica, impide el desarrollo, crecimiento o proliferación de células tumorales malignas.
¿Qué nos puede decir sobre la zeolita y su tratamiento contra el cáncer?
Sabía, después de años de investigación, que las zeolitas se estaban ocupando en el tratamiento del cáncer, pero a mí, cuando me notificaron esta enfermedad, estaba en la última fase, en Etapa 4, y como estaba en esa fase no tenía ninguna posibilidad desde el punto de vista de quimio, radioterapia, terapia inmunulógica u operación médica por el tamaño del tumor, de 12 centímetros de diámetro, y me dijeron que definitivamente “más de dos meses de vida no tienes”.
¿Y qué decidió hacer? Bueno, me dije “he estudiado tantos años, he hecho tanta investigación y he trabajado con células cancerígenas” que decidí que esta cosa no me mataría. Y comencé con una investigación bibliográfica donde partí obviamente con la zeolita, pero además descubrí otros compuestos que también tenían acción antineoplásica o que restringen el crecimiento de células cancerígenas.
¿Cómo cuáles?
Uno de ellos era el veneno de escorpión azul, que es un producto cubano, y el otro es el jugo de amalaki o grosella de la India, rico en vitamina C. Este jugo se produce en India y lo envasan en Estados Unidos, donde además le agregan otros compuestos como cúrcuma, jengibre y otros compuestos antiinflamatorios, porque destruyen radicales libres. Entonces, esto es un antiinflamatorio muy potente y natural; y esa es la gracia.
Es decir que, por iniciativa propia, comienza a hacer un tratamiento con estos tres componentes.
¿cómo fue ese procedimiento?
La verdad es que los valores son distintos dependiendo de la persona y del tipo de cáncer, las dosificaciones son distintas.
¿Los médicos tienen que prescribirlo?
No, no, porque los médicos no tienen una idea somera de esto, por lo que empecé a prescribírmelo yo y llegué a una dosis ideal para mí, que hizo que, a los tres, cuatro meses mi tumor disminuyera a la mitad y a los seis meses prácticamente desapareciera. Conclusión, el tratamiento fue completamente efectivo.
Según entiendo, estudios extranjeros corroboraron esa información.
Así es, en Alemania también sabían mi caso y vieron que resultaba. Me hicieron una serie de exámenes y me dijeron “no tiene tumor, hasta acá esto no se ha visto”, entre milagro y tratamiento científico, esto no se ha visto. De hecho, ahora voy a Alemania a estudiar el efecto de estos compuestos sobre líneas celulares neoplásicas, como de cáncer de hígado, de páncreas, etc.
¿Ese tratamiento con estos tres componentes, vendría a ser hoy un tratamiento alternativo?
Yo no diría “alternativo”, yo diría “complementario”, porque es un tratamiento que no impide que la persona siga haciendo quimioterapia o radioterapia. Es decir, se puede tomar en paralelo, sin ningún problema.
¿Cómo ha sido este tratamiento en otras personas? Según entiendo, usted trabaja con pacientes, aparte de la docencia.
Sí, claro, ahora tengo una consulta. Nunca había tenido antes, pero la necesidad de esto, la cantidad de pacientes que tengo es inmensa desde que se empezó a conocer que el tratamiento da resultado. De hecho, yo empecé en marzo con esto y a este minuto tengo sobre los 40 pacientes que se están controlando conmigo.
¿Y ya se han observado resultados?
Los resultados son prometedores. Todavía no voy a decir que hemos tenido “éxito total”, por el periodo que llevan, contando de marzo a junio. Estamos recién esperando los primeros resultados en algunos pacientes, porque estos se dan en los primeros tres o cuatro meses y son esperanzadores, sobre todo en cánceres que definitivamente cuando se les encuentra, lo desahucian rápidamente, por ejemplo, el cáncer de páncreas, y a los que estoy tratando con este cáncer, la mayoría está bien. Por el momento, lo que estoy viendo ahora es si hay algún retroceso, porque justamente ahora vienen los controles. En todo caso, no espero que ninguno haya hecho desaparecer su tumor, porque no estamos en el tiempo, pero por lo menos, están en etapa de reducirlo.
¿Y en qué se reflejan esos resultados prometedores?
Primero, que la persona recupera su ánimo. Personas que estaban muy deprimidas, se recuperan, empiezan a tener ganas de hacer cosas. Y lo otro, es que los marcadores tumorales que se los miden con bastante frecuencia, una vez al mes, están bajando. Por eso, ahora lo que viene es la etapa de las imágenes para ver si los tumores realmente disminuyeron de tamaño.
¿Cuál es su relación con el Dr. Arturo Barrientos? que entiendo, es quien elabora la zeolita en Concepción.
Somos amigos, y es a quien primero le compré la zeolita y como gente del área de la ciencia, es fácil hacer amistades, y es una relación de amistad, donde él es mi proveedor de zeolita. Él la procesa y tiene la mejor zeolita, es decir, yo a mis pacientes les doy sólo de esa. Se han hecho estudios con las distintas zeolitas que venden y la de él siempre ha salido la mejor, una porque es la más pura y de las que tiene mayores efectos, tiene un 97 % de zeolita y la mejor de las otras que se comercializan llega a un 70 %. Él trabaja con un farmacéutico, él la procesa y todo acá en Concepción.
¿Qué recomendaciones se les puede dar a las personas con diagnóstico de cáncer y que deseen acceder a este tratamiento?
Lo ideal es que sea antes de que entren a Fase 4, pero ello no impide que estos pacientes se tomen el tratamiento, yo mismo estaba en Fase 4. Depende también de qué tan “maltratado” esté el paciente por radio y quimioterapias. Si los pacientes han sufrido muchas radioterapias, muchas radiaciones y así todo tienen el tumor, entonces la respuesta de este tratamiento no es tan buena.
¿Este tratamiento está indicado solo para padecimientos de cáncer?
En este momento, estamos aplicando el tratamiento en enfermedades autoinmunes. Tengo a dos pacientes en tratamiento de lupus eritomatoso, que estoy tratando con zeolitas y jugo de amalaki que es el antiflamatorio que le elimina los dolores, también está indicado para la artritis.
¿Cuáles son los próximos pasos?
Queremos ver la opción de realizar un registro de propiedad intelectual de este tratamiento junto al Dr. Barrientos y la idea final es hacer un centro integral del tratamiento del cáncer con terapias complementarias, donde además se nos abre la posibilidad de hacer investigación con otros compuestos que eventualmente también pudieran tener efecto antineoplásicos, con el fin de tener tratamientos complementarios, esto significa que además del tratamiento alopático, como la quimio, radio o inmunoterapia, esto otro sería el tratamiento complementario que te lo puedes seguir tomando, independiente del otro tratamiento, porque no tiene efectos secundarios que se hayan descrito hasta el momento.
¿Y ese centro integral en qué consistiría?
Como te dije, mi idea final es crear un centro integral de tratamiento, donde el paciente viene a este centro, con su cáncer diagnosticado, se le da la terapia complementaria, y esto también implica un cambio en la dieta, por lo tanto pasaría a un onconutricionista, después pasa a un kinesiólogo, donde si la persona tiene problemas de movilidad, el kinesiólogo la ayude y por último una consulta psiquiátrica y psicológica, porque estos pacientes normalmente, y me pasó a mí también, se deprimen, por lo que sería un tratamiento integral, donde la terapia psicológica, no solamente sería para la persona, sino que también para la familia, que se enfrenta a una situación bastante nueva que a veces no saben cómo enfrentarla.
¿Cuándo comenzaría a funcionar este centro?
Me gustaría que este centro funcionara a partir de 2018. Algo importante a mencionar es que el tratamiento tiene un costo de $300.000 mensuales. Esto cubre el veneno de escorpión azul y el jugo de amalaki, que son productos de importación y se deben cancelar los impuestos en la aduana. De hecho la amalaki hay que ir a buscarla a Perú y el tratamiento para eliminar el tumor, en teoría debiera ser de un año, pero se recomienda que este tratamiento sea de por vida, con dosis menores por supuesto y ahí baja el costo, yo sigo tomando, con los tres componentes, con dosis menores, dos veces al día, la idea es que los pacientes terminen con su tumor, pero que queden con una dosis de mantención para evitar que vayan a tener otro episodio de cáncer y ahí, claro, bajaría a un 25 % el costo del tratamiento.
¿Dónde lo pueden ubicar?
Sin ningún problema, a mi celular, 984797829, o bien pueden escribir a mi correo, mbustamante@ucsc.cl